miércoles, 25 de marzo de 2015

Concilio de Trento

El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica, celebrado entre 1545 y 1563. Fue durante el periodo de la contrarreforma. Tuvo lugar en Trento actualmente Italia, que era regida por un príncipe-obispo. El origen de este Concilio se encuentra en la llamada al “Concilio Universal” en territorio alemán que hizo Martín Lutero en un claro ataque a la infalibilidad del Papa León X. Por distintas razones, católicos y protestantes se encontraban de acuerdo para reunir al Concilio. Los católicos para aislar a los protestantes definitivamente y los protestantes con el fin de retrasarlo hasta que no fuese pronunciado. Bajo el pontificado de Paulo III se convocó el Concilio de Trento. A mediados de Febrero de 1537 se elaboró un documento donde se denunciaban los principales males que sufría la Iglesia (ordenación de sacerdotes mal preparados, mala elección de obispos, abandono de la predicación y la decadencia de las órdenes religiosas). Por esta razón, el hecho fundamental que motiva el Concilio de Trento fue la necesidad de una reforma disciplinaria en la Iglesia Católica. Este Concilio se definió en tres etapas coincidiendo con el mandato de tres papas diferentes:

1º periodo de 1545 a 1547, bajo el papa Paulo III, sesiones I a X.
2º periodo de 1551 a 1552, bajo el papa Julio III, sesiones XI a XVI.
3º periodo de 1562 a 1563, bajo el papa Pió IV, sesiones XVIII a XXV

En la primera etapa se realizaron diez sesiones. Dos grupos de temas eran debatidos, los dogmas y la reforma. En primer lugar se tocaron las cuestiones doctrinales y en segundo lugar la reforma. En la octava sesión se decidió trasladar el Concilio a Bolonia. Inesperadamente y debido a que Carlos V exigía que se reunieran de nuevo en Trento, el papa Pablo III aplazó el concilio. El encargado de reanudarlo, a la muerte de Pablo III,  fue el cardenal Del Monte que al ser elegido papa adoptó el nombre de Julio III . Convocó la sesión undécima el 1 de mayo 1551 en Trento.

Durante la segunda etapa, se ocuparon de discutir la doctrina de la eucarístia, la penitencia y el matrimonio.

Finalmente en la tercera etapa nuevamente se da la apertura del concilio, fue efectuado por el sucesor de Pablo IV, el cardenal Gian Angelo de Medici que adoptó el nombre de Pío IV. Por medio de la Bula Benedictus Deus et Pater, el papa Pío IV confirmó las decisiones del concilio y las comunicó a toda la cristiandad. El concilio de Trento había dado un impulso muy fuerte al movimiento de la contrarreforma.

En conclusión, el Concilio de Trento marcó definitivamente la separación con los protestantes y el resurgir de la Iglesia Católica. Sus principales conclusiones fueron las siguientes: la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición de la Iglesia son las fuentes de fe, el pecado original afectó a todos los hombres y es curado con el bautismo, los Obispos deben residir en las Diócesis que les han sido asignadas y se ordena el levantamiento de Seminarios para la formación de los futuros sacerdotes.  

“El Concilio de Trento reafirmó que la fe es necesaria para la salvación, pero también lo son las buenas obras”, en la actualidad se ve reflejado este pensamiento, ya que todo individuo que crea y que tenga uso de razón esta seguro de que la fe y las buenas obras son necesarias para llegar de forma exitosa a la salvación; lo cual es el objetivo fundamental en cada una de las religiones.

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